El 2023 ha sido un año próspero para Emagin Elkartea, y en las próximas líneas vamos a resumir lo que este año nos ha dado.
Una de nuestras principales líneas de trabajo es el campo de la coeducación y la pedagogía feminista. Como sabéis, en los centros educativos hemos trabajado principalmente la autodefensa feminista y las masculinidades. Además, hemos participado en redes que se han creado en Euskal Herria para la reflexión sobre la coeducación, en el Congreso de Coeducación organizado por Sorginlore, en la reflexión sobre la participación de los niños y niñas realizada por Oinherri o en la investigación sobre coeducación realizada por Emakunde.
La segunda línea ha sido la lucha contra la violencia machista. Un año más, hemos desarrollado en algunos municipios protocolos de respuesta tanto interinstitucional como municipal. Además, hemos trabajado en el campo de la investigación de los puntos críticos y, cómo no, hemos ido de pueblo en pueblo, de fiesta en fiesta, con puntos de información, de atención y teléfono de denuncia.
Además, este año hemos organizado unos seminarios para tratar sobre los parentescos feministas. Tras el éxito del año anterior con las jornadas de (No)maternidades, apostamos por profundizar en el tema y hemos iniciado una reflexión para seguir creando redes comunitarias, parentescos y cuidados a través de otros circuitos. Hemos realizado tres seminarios, en tres pueblos de Gipuzkoa y han sido muy jugosos. ¡No hay más que ver el libro que hemos sacado!
[Si queréis adquirirlo, podéis escribirnos por email a bulegoa@emagin.eus, o desde la cuenta de Instagram. 8 €+ gastos de envío. (Junto con el libro del año pasado, ambos a 12 €+ gastos de envío).
Para terminar, queremos traer la línea de los cuidados. Durante todo este año centrado en el derecho colectivo a los cuidados, en Emagin hemos continuado profundizando en la democratización de los cuidados en diferentes municipios, en labores de dinamización, asesoramiento, elaboración de diagnósticos o planes de acción, entre otros. Además, hemos publicado el libro Ez dadin bizitza eten junto a la fundación Txalaparta e Iratzar. Miren Aranguren, Ainara Santamaria y Monika Mendiberri han presentado el libro en diferentes lugares, y en el canal de youtube de la Fundación Iratzar se pueden ver los vídeos de la presentación realizada en el programa Zer dira zaintzak? en el café Iratzar:
Presentación del libro escrito por Miren Aranguren, Monika Mendiberri y Ainara Santamaría.
Últimamente se habla mucho de los cuidados, pero queremos mirar con cautela la extensión del concepto, ya que vemos el riesgo de vaciarlo de contenido y neutralizar el potencial transformador de la mirada a los cuidados desde una perspectiva feminista.
Hay muchas voces hablando de los cuidados, con la promesa de que cambiarán la organización social de hoy en día, pero de raíz nada está cambiando. Este nos parece el caso de algunas instituciones públicas, de muchos planes que se ponen en marcha, de varias empresas privadas. Y queremos observarlo con atención.
Hemos llegado a escribir el libro Ez dadin bizitza eten (Que no se interrumpa la vida) desde una inquietud y desde el amor. Precisamente, desde el amor a la vida y desde la preocupación de ver peligrar la vida misma. Las vidas cada vez son menos vivibles y esto es un peligro que no nos deja indiferente, al menos a nosotras. Por eso hemos recurrido a los cimientos, a los cuidados, puesto que son la esencia de la vida.
Puede haber infinidad de maneras de hablar sobre los cuidados. Se puede hablar de forma deseable porque sin cuidados prima la precariedad y la soledad. Pero se puede hablar señalando las injusticias, porque tal y como están organizados hoy los trabajos de cuidados son fuente de explotación. Nosotras en el libro hemos trabajado los dos puntos de vista, porque hoy en día la vida de unas personas supone la interrupción de otras.
Para escribir este libro nos hemos nutrido de las reflexiones del movimiento feminista. Además, a estas páginas también llega el eco de las personas que hemos conocido en los procesos que se han iniciado en localidades como Hernani, Sakana, Usurbil, Andoain, Zaldibi y otras. En especial, de las cuidadoras, que están en primera línea de las tareas de cuidado. Lo que aquí se reúne es, pues, un amplio recorrido.
Hemos escrito desde lo que nos ha dado nuestra experiencia, pero también desde nuestras fronteras. Somos conscientes de que acumulamos privilegios y de que nos cruzan las distinciones, y desde ese lugar hemos hecho la lectura, desde esa subjetividad, que es la única manera que tenemos de acercarnos a la realidad.
En este libro no hemos podido actuar sobre todas las complejidades que encierra el cuidado. Hemos recopilado algunas, y hemos creado el libro para seguir tirando de ellas y dar debate y reflexión feminista sobre el cuidado a diferentes ámbitos de la sociedad.
Es decir, nuestro objetivo es que se reconozcan políticamente los cuidados, que se siga haciendo el esfuerzo de colocarlos como prioridad en las agendas. Poner un granito de arena más para seguir debatiendo cómo vamos a cambiar nuestras casas, nuestras asociaciones, sindicatos, partidos, relaciones, empleos, tiempos… en definitiva, nuestra organización social.
El 30 de noviembre tenemos una Huelga general feminista por un sistema de cuidados público comunitario y el libro es una manera de aportar desde Emagin Elkartea.
Combatir la violencia sexual y otras formas de violencia machista que se dan en nuestros entornos siempre ha sido tan complicado y complejo como necesario. Al superar la idea de que las agresiones son una cosa personal, y empezar a afrontarlos de forma colectiva, recurrimos a un abismo sin grandes referentes.
Queremos combatir estas violencias sin repetir las formas de la justicia estatal, poniendo en el centro las necesidades de las personas agredidas, y utilizando formas de reparación y justicia transformadoras.
Para ello, debemos tener claro que este tipo de justicia, denominada justicia restaurativa o transformadora, es una opción para responder ante una agresión, entre otras muchas. En esta opción se trabaja en base a las necesidades de la persona o grupo agredido y de cara a un proceso personal de responsabilidad para el agresor, pero también de forma colectiva para el entorno.
Para que esto sea así, el agresor deberá aceptar la agresión y aceptar un proceso basado en las necesidades de la persona agredida y de su entorno.
Aquí encontramos el abismo, y en el fondo del abismo muchas preguntas sin resolver: ¿qué es un proceso de responsabilización? ¿Cómo sabemos que el proceso ha terminado realmente? ¿Cuánto durará? ¿Quienes serán los observadores del proceso y qué indicadores tendremos en cuenta a la hora de valorarlo? ¿Tenemos fuerza colectiva suficiente para hacer frente a esto de esta forma?
Al igual que una agresión se asume de forma colectiva, las consecuencias y la responsabilidad también deberían tener un carácter colectivo. En este sentido, los hombres también debemos responsabilizarnos como colectivo, ya que participar en estos procesos ocupa mucho tiempo y energía, y siempre son nuestras compañeras feministas las que se encargan de ello.
La creación de un grupo de hombres que aborden cuestiones relacionadas con la virilidad, la violencia o el poder puede ser un buen punto de partida para prevenir estos casos, pero también para responder a preguntas que han quedado sin resolver. También es conveniente crear un espacio o estructura que permita integrar los procesos de responsabilización, sobre todo de cara al agresor.
No es una militancia paralela la que proponemos, sino una elaboración y una herramienta que nos permite militar de forma más feminista. Mientras no creemos herramientas para hacer frente a los privilegios que la sociedad nos otorga a los hombres, seguirán produciéndose agresiones internas. También es hora de iniciar un proceso general de toma de responsabilidad como colectivo de hombres.
Como todo lo bueno, las jornadas de «(no)maternidades desde una perspectiva feminista» también llegaron a su fin, pero estamos seguras de que su final será el punto de partida de otros inicios. Han dejado una profunda huella lo dicho, escuchado y sentido los días 11 y 12 de noviembre. Y no es para menos, porque esta cuestión que recorre nuestros cuerpos no podía pasar de otra manera. Hemos conseguido crear un espacio para hablar de las (no)maternidades. Una vez más, la sororidad ha sido el nexo de unión y el feminismo el entendimiento. Gracias a ello hemos llegado a visualizar nudos, a plantear dudas y a mostrar heridas. Hemos conocido opiniones, experiencias y modelos muy diversos sobre este tema y gracias a ello nos hemos acercado a las constelaciones de imágenes transformadoras que tan necesarias son. Hemos visto que nuestros deseos tienen una estrecha relación con las estructuras sociales y que, además, no son ajenos a opresiones y violencias.
Nos hemos referido tanto a las formas como a los matices que adopta este mandato social hacia las mujeres que nos hacemos madres, las que no nos hacemos y a las que aún no tenemos nombre. Hemos actualizado y profundizado el enfoque. En adelante vamos más formadas a la hora de reflexionar sobre el cuidado y, como ayer, abordaremos con entusiasmo la lucha por poner las vidas en el centro. Porque esa es nuestra utopía.
Gracias por estar ahí en las jornadas. Has abordado el reto con paciencia, mimo, ilusión y empatía y a corto plazo esto tendrá continuidad. Porque los retos son un mar sin sal si no lo intentamos. Hasta pronto compañera de viaje.
En Andoain hemos elaborado una guía que recoge las principales conclusiones del «Hacia la democratización de los trabajos de cuidados: Diagnóstico del sistema de cuidados y ejes de acción 2021», para dar continuidad al proceso que iniciamos el año pasado y poner en marcha esta segunda fase de definición del plan de acción. Hemos hecho un resumen de este amplio diagnóstico que el Ayuntamiento de Andoain realizó el año anterior con la colaboración tanto de Emagin Elkartea como de diferentes cuidadoras de la localidad, y que se trata de un trabajo cualitativo basado en las experiencias, relatos y necesidades de cuidadoras profesionales, empleadas del hogar, cuidadoras afectivas y madres jóvenes de Andoain.
El objetivo del trabajo es claro: combatir la organización injusta de las tareas de cuidado y promover cambios que permitan su democratización. Para ello necesitamos un proceso popular. Lo pondremos en marcha a partir de otoño y el primer punto de inflexión será el 10 de noviembre, a las 18:30 horas en el centro cultural Bastero. Celebraremos una reunión en la que presentaremos el diagnóstico y definiremos las perspectivas de futuro. De hecho, queremos completar un plan de acción con un debate con todos los implicados en los trabajos de cuidados. ¿Qué pasa con los cuidados en Andoain? Queremos responder de forma colectiva a la pregunta e idear formas de prevenir las injusticias que tenemos hoy en día.
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